28 de enero de 2009

Devocional 29 de Enero de 2009

El proceso de envejecimiento
Lectura: Salmo 71
Estaba tomando desayuno con un amigo quien acababa de celebrar su cumpleaños número 60. Hablábamos acerca del «trauma» de haber llegado a la «base 6» y de todo lo que implicaba llegar a los 60 años (jubilación, seguro social, etc.). También cavilamos acerca del hecho de que se sentía mucho más joven de lo que podría parecer indicar semejante edad «avanzada».
Luego la conversación dio un giro hacia las lecciones, las alegrías y las bendiciones que él había encontrado en esos 60 años de vida y dijo: «Tú sabes, no es realmente tan malo. De hecho, es bastante emocionante». Las lecciones del pasado habían traído consigo un cambio en su manera de ver el presente.
Así es el proceso de envejecimiento. Aprendemos de nuestro pasado para vivir nuestro presente —una lección sobre la que el salmista hace esta reflexión: «Porque tú, oh Señor, Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud» (Salmo 71:5). Continúa, «en ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza» (v. 6). Al mirar atrás, el salmista claramente vio la fidelidad de Dios. Con confianza en dicha fidelidad, pudo enfrentar el futuro y sus incertidumbres —y nosotros también podemos hacerlo.
Digamos junto con el salmista: «Yo te alabaré... tu verdad cantaré... oh Santo de Israel» (v. 22). —WEC
A medida que los años se suman, la fidelidad de Dios se sigue multiplicando.

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