Devocional 7 de Febrero de 2009
Delicia turca
Lectura: Juan 21:15-19
En la obra de C. S. Lewis, El León, la Bruja y el Ropero, la Bruja Blanca necesitaba saber sólo una cosa acerca de Edmundo para hacerle traicionar a sus hermanos. Con sólo unas cuantas preguntas sencillas, la bruja supo que la debilidad de Edmundo era su amor por un dulce llamado la Delicia Turca. El pedazo que le dio a Edmundo fue más delicioso que cualquier otra cosa que él jamás hubiese probado. Pronto Edmundo no podía pensar en otra cosa que no fuera «tratar de engullirse tanta delicia turca como pudiera y cuanto más comía tanto más quería».
Cada uno de nosotros tiene una vulnerabilidad como la de Edmundo, la cual Satanás está ansioso por explotar. Puede que sea algo adictivo como las drogas o el alcohol, o puede que se trate de algo aparentemente inofensivo e incluso tal vez bueno como la comida, la amistad o el trabajo.
Después de Su resurrección, Jesús le hizo a Pedro esta pregunta personal y perspicaz: «¿Me amas más que éstos?» (Juan 21:15). Muchos han especulado en cuanto a lo que Jesús quiso decir con la palabra «éstos», pero probablemente sea mejor que no lo sepamos. Nos permite a cada uno de nosotros personalizar la pregunta y preguntarnos: «¿Qué amo yo más que a Jesús?»
Cuando Satanás descubre lo que amamos más que a Dios, sabe cómo manipularnos. Pero pierde su poder sobre nosotros cuando nos deleitamos en el Señor. —JAL
Dios se deleita en nosotros; ¿qué otra cosa podemos hacer sino deleitarnos en Él?
No hay comentarios:
Publicar un comentario