4 de noviembre de 2009

Devocional Noviembre 5 de 2009

¡Problema resuelto!
Leer | 1 Pedro 1.1-25
La humanidad fue creada para tener una relación de amor con Dios. Pero esta relación se rompió cuando Adán y Eva escucharon al diablo y desobedecieron al Señor. El pecado entró en la naturaleza de ellos, y ha sido transmitido a todos sus descendientes.
Ahora todos tenemos un gran problema: la separación de Dios. Pero nuestro omnisciente Señor tenía preparado un plan de salvación aun antes de haber creado todo (1 P 1.18-20). Cuando llegó el momento, el Hijo de Dios pagó nuestro castigo por el pecado con su muerte expiatoria, y abrió la puerta para el perdón y la reconciliación.
Por su gracia, Dios nos salva sobre la base de la fe en su Hijo, y nos llama a un “ministerio de reconciliación” (2 Co 5.18-21). Juntos, los creyentes forman el cuerpo de Cristo, o “la iglesia”, por medio de la cual hace su obra en la tierra.
El Señor nos da una nueva naturaleza investidas de poder por el Espíritu Santo, quien viene a vivir dentro de cada cristiano. Él transforma nuestro carácter a la imagen de Cristo, y nos permite vivir vidas santas y obedientes.
Un día, todos estaremos ante el Juez, y Él pronunciará nuestro destino eterno, ya sea en el cielo o en el lago de fuego. Quienes se han reconciliado con Dios por medio de Cristo recibirán su herencia celestial.
Necesitamos tener estas verdades firmemente plantadas en nuestra mente. Entonces, no sólo comprenderemos nuestra desesperada situación, sino también la bondad y el amor de Dios, como están revelados en su admirable plan de salvación. Él ha demostrado su amor por nosotros en nuestra necesidad más urgente. ¿No proveerá, entonces, para todas las demás necesidades de nuestra vida?

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