Devocional 12 de Mayo de 2011
CEGADOS POR NUESTRO EGOISMO...
Cuando la señora llego a la estacion del tren le informaron q su tren se habia retrazado una hora.
Un poco molesta se compro unas galletas y una botella de agua y se sento en un banco en el anden a esperar.
Mientras ojeaba una revista, un joven se sento a su lado y comenzo a leer el diario.
De pronto sin decir una palabra , el joven estiro su mano tomo el paquete de galletas, lo abrio y comenzo a comerze una.
La señora se molesto un poco, no queria ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que no habia pasado nada.
Asi que con un gesto exagerado, tomo el paquete, saco una galleta y se la comio mirando fijamente al joven.
Como respuesta el joven tomo otra galleta y mirando a la señora a los ojos se la echo a la boca.
Ya enojada ella cogio otra galleta y con ostencibles señales de fastidio, se la comio mirandolo fijamente.
El dialogo de miradas y sonrisas continuo entre galleta y galleta.
La señora cada vez estaba mas irritada y el muchacho mas sonriente, hasta q quedo la ultima galleta.
Ella penso, no podra ser tan insolente de comerse esta ultima galleta, entonces el muchacho tomo la ultima galleta la partio por la mitad con un gesto amable y le dio una mitad a su compañera de silla.
¡Gracias! Dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.
-De nada- Contesto el joven mientras comia su mitad.
Entonces el tren anuncio su partida. La señora se levanto furiosa del banco y subio al vagon.
Desde la ventanilla observaba al muchacho alejarse y pensaba, que sera de nuestro mundo conn tanta maldad e irreverencia. Sintio su boca seca y mando su mano al bolso en busca de la botella de agua.
Grande fue su asombro cuando encontro su paquete de galletas intacto. Equivocadamente habia estado comiendo del paquete del muchacho.
CUANTAS VECES NUESTROS PERJUICIOS Y DECISIONES APRESURADAS NOS HACEN VALORAR ERRONEAMENTE A LOS DEMAS. CUANTAS VECES, LA DESCONFIANZA YA INSTALADA EN NOSOTROS HACE QUE JUZGUEMOS ARBITRARIAMENTE A LAS PERSONAS Y SITUACIONES.
NO NOS APRESUREMOS A EMITIR JUICIOS
PUES PODEMOS ACABAR NOSOTROS SIENDO LOS ACUSADOS.
Tomado de: Una pausa en tu vida
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