27 de junio de 2011

Devocional Junio 28 de 2011

"La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto." Salmo 25:14
Georg Friedrich Handel, el gran compositor aleman habia llegado a un fatal momento de su vida cuando todo le parecia inutil; ya nadie se complacia en escuchar sus composiciones musicales. Una noche, profundamente desanimado, regreso a su casa obsesionado por una sola idea: descansar, dormir, olvidarlo todo.
Subio con lentitud las gradas de su humilde estudio, mecanicamente encendio las velas sobre su mesa de trabajo, y enseguida fruncio el ceño. ¿Que contendria aquel paquete que descansaba sobre su escritorio? Lo abrio, y al ver la palabra, "Oratorio", lo tiro a un lado. ¿Quien se estaba burlando de el? Todos sus ultimos esfuerzos en componer oratorios habia fracasado.
Pero el insomnio se apodero de el; una tempestad agitaba su pecho. Al fin, se levanto, encendio nuevamente las velas y llevo el manuscrito hacia la luz. leyo el titulo, "El Mesias", y en seguida las palabras, "¡Consolaos¡ ¡Consolaos¡" Estas le llamaron la atencion: Era el maravilloso principio de la poesia y, a la vez, un desafio celestial al animo apagado del compositor.
Apenas habia leido las primeras palabras cuando estas empezaron a traducirse en un lenguaje musical que deleitaba, elevandose triunfalmente hacia el cielo. Tomo su Biblia y empezo a leer las profecias del Mesias prometido, su advenimiento, y al fin, su ascencion al Padre.
El fuego divino ardia nuevamente en su ser; las lagrimas inundaban sus ojos. Tomando la pluma, comenzo a traducir sobre el pentagrama lo que resonaba en su mente y en su corazon. Dia y noche estuvo entregado a su tarea, viviendo y respirando una atmosfera de ritmo y tono.
Al fin, despues de veinticuatro dias, un milagro en el mundo de la musica, fue terminado: el oratorio. La pluma cayo al suelo y Handel durmio por diecisiete horas. Al levantarse, se sento al clavicordio y toco con desbordante alegria la ultima parte de "El Mesias". Una vez que hubo terminado, un amigo le dijo: "¡Nunca en mi vida he escuchado cosa parecida¡"
Handel, con la cabeza inclinada, respondio: "Dios me ha visitado"
CUANDO DIOS TE VISITA, TU VIDA CAMBIA INDEFECTIBLEMENTE
Tomado de Una Pausa en tu Vida

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