Devocional Diciembre 26 de 2011

"Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: !!Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!" 1 Reyes 18:38-39

DIOS VERDADERO

Trae a tu mente esta escena (1 Reyes 18:21-40), cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que eran los líderes espirituales de Israel en contra de un solo profeta, Elías. Los profetas de Baal tenían influencia y favor en el reino, y con sus perversas enseñanzas descarriaron al pueblo de Dios. En ese momento a los ojos de los hombres Elías estaba en desventaja. No obstante solo existe un Dios verdadero, y Él respaldaba a Elías.

Los profetas que habían descarriado a Israel invocaron a su dios pero nadie los escuchó. Pasó la mañana, llegó la tarde y no ocurrió absolutamente nada. Después fue el turno de Elías, y éste oró a Dios, y así el Todopoderoso derramó Su gloria. Dios envió desde el cielo fuego a consumir el holocausto. Dejando pasmados a todos los presentes, quienes tuvieron que reconocer que el Señor es el Dios verdadero.

Al igual que con Elías existirán en tu vida ocasiones en las cuales te sentirás rodeado y en desventaja ante enemigos. Que si se tratara de librar una batalla en lo natural seguramente perderías. Pero gracias a Dios, si tú has nacido de nuevo por Jesús el Dios verdadero ganará tus batallas en lo sobrenatural. No se inquiete tu corazón si en estos momentos estás ante un gran reto y tus enemigos te superan en capacidad. Pues si Dios te ha puesto ante ese reto, Él también enviará Su poder de lo alto para manifestar Su gloria.

Solamente hay un Dios verdadero, no hay ningún otro, y Él está contigo (Isaías 45:14). Sin importar que tus enemigos se crean respaldados por otros dioses, no les temas porque a ellos nadie los escucha. Avanza con firmeza ante todo reto que venga a tu vida, y da por seguro que Dios enviará Su gloria para respaldarte.

Solo el Señor es Dios, y Él está contigo.

Autor: Richy Esparza

Escrito originalmente para www.devocionaldiario.com