Devocional Octubre 3 de 2009
Los problemas y la oración
2 Crónicas 20.4-15
Cuando el rey de Judá llamó a un ayuno nacional para buscar la ayuda de Dios, todos se reunieron para orar. Las acciones y las palabras de Josafat nos enseñan algunas verdades importantes en cuanto a la solución de los problemas a través de la oración.
Nuestro Padre celestial es más grande que nuestros problemas. El rey dijo que Dios era el gobernante todopoderoso de las naciones contra quien nadie podía resistir (v. 6). Aunque muchas dificultades están más allá de nuestro poder de resolverlas, para Él nada es imposible (Mt 19.26). Si oramos y nos centramos en su grandeza, nuestros problemas tomarán la perspectiva correcta.
Dios anhela que otros oren con nosotros. Familias enteras respondieron al llamado del rey, y se reunieron delante de Dios (2 Cr 20.13). La oración tuvo también un papel central en la vida de la iglesia primitiva (Hch 2.42).
Por medio de la oración, el Señor nos dará una solución al problema. Su respuesta podría ser justo lo que pedimos, o algo totalmente inesperado; Él podría decirnos que esperemos en vez de actuar, o podría dirigirnos hacia algo nuevo. En cualquier caso, la dirección de Dios estará de acuerdo con su voluntad perfecta. Además, podrá pedirnos dar un paso de fe. Dios usa todas las oportunidades para fortalecer nuestra fe y para que crezcamos en rectitud.
No sabemos cuánto tiempo tuvo que esperar el pueblo por la respuesta del Señor, pero no actuaron hasta tenerla. Le dijo a la nación que no tuvieran temor ni se desanimaran, sino que confiaran en Él. Por medio de la oración, también nosotros podemos entrar en su presencia y recibir las fuerzas y la dirección para enfrentar los problemas de la vida.
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