Devocional Noviembre 10 de 2009
Llamados para servir
Leer | Mateo 20.20-28
Los cristianos son identificados por una serie de nombres en la Biblia, como creyentes, hermanos y santos, pero un título que rara vez usamos para autodenominarnos es “siervos de Cristo”. Sin embargo, esto fue exactamente lo que el Señor nos dijo que seamos. Después de la discusión de sus discípulos acerca de quién sería el más grande, Jesús dio un vuelco total a su pensamiento mundano con el llamado a ser grande en el reino siendo un servidor de todos.
Cristo no es sólo nuestro Salvador, sino también nuestro Señor y Maestro, y tenemos la responsabilidad de seguir su ejemplo. Así como Él sirvió a su Padre ocupándose de las personas, nosotros servimos a nuestro Dios respondiendo amorosamente a las necesidades temporales y espirituales de quienes nos rodean.
El servicio es fundamental para el crecimiento espiritual. Dios está continuamente en acción en la vida del creyente, transformando su carácter a la imagen de Cristo (Ro 8.29). Uno de los grandes obstáculos en este proceso es el egocentrismo. Servir a los demás es una de las herramientas que el Señor utiliza para hacernos libres de la esclavitud del egoísmo.
El servicio es necesario para lograr el propósito que Dios tiene para nuestras vidas. El Señor ha diseñado trabajos específicos para cada uno de nosotros, que debemos realizar en nuestra vida (Ef 2.10). Si sólo recibimos y nunca damos, no lograremos mucho de de lo que Él ha previsto para nosotros.
Nunca olvide que usted tiene una elevada vocación que se logra sólo bajando al nivel de un servidor. Busque las oportunidades que el Señor le dará hoy para servir a alguien. Tome su lugar junto a Cristo, quien es el más grande servidor de todos.
Tomado de: encontacto.org
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