13 Si tú dispusieres tu corazón,
Y extendieres a él tus manos;
Y extendieres a él tus manos;
14 Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti,
Y no consintieres que more en tu casa la injusticia,
15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,
Y serás fuerte, y nada temerás;
16 Y olvidarás tu miseria,
O te acordarás de ella como de aguas que pasaron.
17 La vida te será más clara que el mediodía;
Aunque oscureciere, será como la mañana.
18 Tendrás confianza, porque hay esperanza;
Mirarás alrededor, y dormirás seguro." Job 11: 13-18
LAS OBRAS DE LA FE
"El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos" Estas palabras fueron dichas por un par de jóvenes valientes que tuvieron el encargo de inspeccionar secretamente un territorio desconocido, para conquistarlo. Sus nombre, no los sabemos, Josué el entonces líder de pueblo hebreo, era quien los había enviado con esta misión.
Es interesante recordar que 40 años atrás, también el mismo Josué había realizado una misión similar, pero no con 2 sino con 12 hombres. de esos doce, solamente el y su amigo Caleb había tenido fe en Dios y dijeron un informe optimista; los otros 10 se desanimaron y contagiaron su desanimo al pueblo de Israel que, desmoralizado, regreso al desierto. Ahora era su segunda oportunidad para entrar a la tierra prometida ; todavía conservaba su optimismo a pesar de sus 80 años de edad y logro contagiar ese animo a aquellos dos jóvenes.
Es evidente que resulto, porque las palabras arriba mencionadas estaban cargadas de fe. Es interesante ver que el país al que hacen referencia estaba todavía en posesión de sus originales habitantes. Todavía no habían tenido batallas ni victorias, no había enfrentamientos, pero ellos ya daban por segura la visoria a tal punto que hablaban en tiempo pasado como si ya hubiese ocurrido. ¡Y de verdad que ocurrió! Todo el libro de Josué es una crónica de estas victorias.
Es que "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." dice Hebreos 11:1. No te imaginas que saludable es enfrentar esos horizontes de incertidumbre y desafío externo con la certeza de que Dios estará a tu lado y te ayudara a atravesarlos en victoria. Dijo el apóstol Pbalo que Dios nos lleva siempre de triunfo en triunfo.
Así como se contagia el desanimo también se contagia el animo y estos dos jóvenes fueron entusiasmados por Josué y a su vez animaron al pueblo que se animo entre ellos. El final de la historia es que entraron y tomaron aquello que Dios ya les había prometido. ¿Sabes? Hay promesas de Dios hechas para ti listas para ser tomadas, nuevos horizontes listos para ser conquistados, el triunfo es tuyo ¿Avanzaras por la fe?
EL QUE PUEDE VER LO INVISIBLE, PUEDE HACER LO IMPOSIBLE
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