Devocional Abril 8 de 2012

"Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree."  Romanos 10:4


BAJO EL PESO DE LA LEY


Muchas personas creen que una vida justa y acorde con el cumplimiento de las leyes morales y civiles, es mas que suficiente para alcanzar la aprobación divina. "Yo soy una buena persona", argumentan y, de esa manera, acallan sus conciencias e intentan forzar lo que dice Dios al respecto.


Permiteme expresar lo que la Biblia, la Palabra de Dios, dice claramente sobre el propósito de la ley como ente regulador de la conducta humana.  Lo encontramos en la carta del apóstol Pablo a los Galatas.  Allí, el capitulo tres en adelante, expone, de manera clara, la ineficacia de reglamentos para lograr cambios de conducta en el ser humano.  


Lo único que logra la ley en si misma es denunciar o evidenciar la falta , ya que donde no hay ley, no se puede acusar de infracción, ¿verdad? De alguna manera, la ley es como el medico que te diagnostica pero no te cura.  Como un espejo, que te muestra cuan sucio estas pero no te limpia.


Sirve para mostrarte la falta. Es como una nodriza, te toma de la mano y te conduce a Aquel que puede sanarte y limpiarte. Es por eso que en esta epístola, capitulo tres, versículo once leemos: "Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;"  Como ves, la ley es un misterio de muerte y el que confía en la ley esta condenado si no acude a Cristo.


Tu me dirás: "¡Pero Dios puso las leyes en nuestros corazones, en nuestro sistema solar, leyes morales y físicas!  Por supuesto, pero nunca fue el deseo de Dios que Sus criaturas, debilitadas por la presencia del pecado, vivieran vidas justas solo por el cumplimiento de esas leyes, porque El sabe que eso es casi imposible.  Mas bien, Dios quiere que, arrepentidos por nuestros pecados, que son ni mas ni menos que infracciones a sus leyes, acudamos a la Cruz de Su Hijo Cristo en busca de perdón.  ¿Puedes comprenderlo?  Recurre a Cristo. Solo Su sangre derramada en tu favor, te limpia de TODO PECADO.


LA LEY ES COMO UN MEDICO, QUE TE DIAGNOSTICA, PERO NO TE CURA


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