"Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?" Lucas 14:28
En todos loa actos cotidianos se desempeña algo de fuerza. Al levantarnos, peinarnos, caminar, correr, jugar, trabajar, etc., siempre necesitamos fuerza para poder desenvolvernos con facilidad, según las exigencias del medio que nos rodea. La capacidad que tiene alguna persona o un objeto para ejercer fuerza y realizar cualquier trabajo, se denomina energía. Exista la energía eléctrica que se produce por la atracción y repulsión de los campos magnéticos de los átomos de los cuerpos; la energía cinética que posee todo cuerpo en movimiento; la solar; la energía radiante producida por el sol y otras de menos uso.
La demanda de energía es mayor cuanto mayor sea el trabajo. De ahí que los laboratorios de fármacos lancen al mercado cada vez mas potenciadores de la salud, píldoras vitalizantes y energizantes. Es que el hombre y la mujer viven en constante exigencia: la casa, el trabajo, las cuentas, los hijos, los viajes, los compromisos...
Todo es fuente constante de desgaste y tensión hasta el punto del agotamiento, el decaimiento, la falta de fuerzas y la perdida del animo para continuar, a no ser por las píldoras que ayudan a luchar un poco mas. ¿Es eso el ideal de la vida? Dios no quiere que Sus criaturas sean maquinas activistas, adictas al trabajo, desgastando hasta la ultima carga de energía. El quiere que disfrutemos, que racionalicemos nuestras fuerzas, que evaluemos.
Todo trabajo, para poder calcularlo y acabarlo necesita de la asistencia divina. Jesús advirtió del peligro de aquel que comenzó a construir su torre y se dio cuenta de que no tenia lo necesario para terminarla y fue de burla para los que observaban. Cuantas empresas inconclusas, cuantos proyectos frustrados, o cuantos conquistados, pero al costo extremo de ver nuestra energía agotarse al máximo y necesitar de estímulos artificiales para volver a levantarse, y ver nuestras prioridades tergiversadas porque una vez mas lo urgente reemplazo a lo realmente importante.
Tal vez sea hora de entregar la planeación de la vida, del tiempo y de los bienes a la guía de Dios y usar nuestras fuerzas solo en glorificarle a El. No en vano el principal mandamiento fue y seguirá siendo: "Amaras al Señor tu Dios con todas tus fuerzas" ¡Lo estas haciendo?
TODO TRABAJO, PARA PODER PROYECTARLO Y ACABARLO NECESITA DE LA ASISTENCIA DIVINA
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