" Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella" Juan 8:7
EL BUITRE TIRA PIEDRAS
En Egipto hay una especie de buitres a los que les gusta comer huevo de avestruz. pero como no pueden romper la dura cascara con su pico, toman piedras de hasta 1 Kg de peso y la arrojan desde la altura, a veces hasta de treinta metros, una y otra vez en dirección al huevo hasta que una de esas piedras da en el blanco y la cascara se rompe. Los biólogos afirman que este comportamiento no es genético sino adquirido, ya que esos buitres en condiciones de cautiverio no lo hacen.
Las piedras que tiramos a nuestros semejantes, piedras de critica y murmuración, también son un comportamiento que aprendemos de nuestros padres. En esta sociedad altamente competitiva, la critica da para escalar posiciones. Se usa en empresas, política, iglesias y cuanto grupo humano o ambiente de convivencia exista. En la Biblia tenemos el relato de un tal Simei que persiguió al rey David en un momento muy triste, en el que tuvo que huir de su propio hijo a causa de una revolución interna, arrojandole piedras desde los cerros y saltando de furia de un lado a otro maldiciendolo.
Todos tenemos un Simei adentro que esta dispuesto a tirar piedras al que pasa a nuestro lado por rencor, envidia o celos. Tal vez tengamos que escuchar otra vez de labios del Señor Jesús: "El que de vosotros este sin pecado arroje la primera piedra"
Cuando nuestra vida se carga de rencores antiguos, celos y envidias; de ese espíritu de competencia y esa sed de prestigio que no respeta ni siquiera a familiares, amigos de años y hasta autoridades, el alma se envenena, el rostro se endurece y la vida se amarga por completo. Solo Jesús, aquel que soporto las piedras, puede capacitarte para soportar y transformarte para que no te asemejes a aquellos cuervos. Debes saber que no puedes dinamitar la casa de tu vecino sin que se debiliten los cimientos de tu propia casa.
DEBO SABER QUE NO PUEDO DINAMITAR LA CASA DE MI VECINO SIN QUE SE DEBILITEN LOS CIMIENTOS DE MI PROPIA CASA.
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