Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.
Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?" Efesios 4: 8-9
ESCONDIDOS EN SUS CUEVAS
Hace poco tiempo, el mundo se conmovía viendo por canales de cable el rostro demacrado de Saddam Hussein encontrado en una cueva con su barba larga, el pelo desprolijo y un tesoro de varios millones de dolares para ofrecer a sus captores. De nada le sirvió. Fue expuesto públicamente, sentenciado y ejecutado en una horca común. Décadas atrás, otro dictador con el nombre de Adolf Hitler, se vio acorralado por los ejercitos de la coalición que cercaban Berlin.
Nadie sabe como fue el final de sus días, pero los rusos le hallaron muerto dentro de su cueva de cemento. Lo mismo sucedió con Osama Bin Laden, cerebro de la organizacion terrorista "Al Kaeda" descubierto escondido para luego ser ajusticiado. Asustados, estos lideres capaces de convencer a millones de personas con sus mentiras, optaron por refugiarse, abandonando así a sus tropas y seres mas intimos, solo interesados en salvar sus vidas. Lideres cobardes, egoístas y ambiciosos que, en momentos de crisis, dejaron ver sus motivaciones falsas.
Cuando eran prósperos prometieron, a los que les seguían, seguridad y riquezas. Pero, a la hora de la verdad, lo único que les importaba era salvarse a ellos mismos. Por otra parte, la historia fue testigo del líder mas grande que jamas haya pisado nuestro suelo. Estoy hablando de Jesús, que también se encontró en su momento cúspide. Perseguido y abandonado por sus fieles, también estuvo en una cueva, pero no para esconderse y salvarse, sino para ser sepultado y salvarnos.
Las cuevas de Hitler; Hussein y Ossama les sirvieron para salvarse así mismos, exponiendo a sus seguidores a la muerte; La cueva del sepulcro de Jesús, sirvió para salvarnos a nosotros, pero para El represento la muerte. Igual descendió. Descendió hasta las partes mas bajas de la tierra para que tu y yo pudiéramos ascender a lo mas alto; hasta la misma presencia de Dios y así salvarnos.
Eso no es egoísmo cobarde, sino altruismo valiente- Eso se llama amor: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" 1 Corintios 15:55. Hoy su tumba vacía evidencia Su resurrección y victoria sobre el pecado, y Su mensaje sigue cautivando millones de almas para la gloria de Dios. ¡Seras tu otro cautivo de su amor?
CRISTO FUE EL ÚNICO PASTOR QUE, ENTREGÁNDOSE A LA MUERTE SALVO A SU REBAÑO.
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