"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;" Mateo 11:29
POCA FE O MUCHA SOBERBIA
Uno de los desafíos mas grandes para el ser humano es aprender a perdonar. Transitar el sendero de la vida cargando el peso del rencor por una ofensa no resuelta, es una tarea, es una tarea tediosa y agotadora. Desgasta tus relaciones, ahorra tus fuerzas y deshidrata tu alma. Es pesado vivir odiando y recordando viejas heridas que se abren y sangran cada vez que son traídas a la memoria. Cuando Jesús abordo este tema ante sus jóvenes discípulos en el capitulo 17 de Lucas, les hizo una propuesta aparentemente utópica: "Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale."
Fue tal la magnitud de la demanda, que ellos dijeron a Jesús que no poseían esa fe capaz de cultivar semejante amor por sus ofensores: "Señor, aumentanos la fe" A lo que Jesús les refirió un supuesto, que encontramos desde el versículo 7 y que acaba en el 10, diciendo: "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos." ¿Que tenia que ver la demanda tocante al perdón con el relato del siervo cansado?...
De alguna manera, aquellos discípulos estaban excusando su orgullo y falta de humildad para perdonar, argumentando que no poseían la de suficiente. EL sabio Maestro les explico que el problema no era que tenia poca fe, sino mucha soberbia. Cuando olvidamos nuestra condición de siervos, perdemos de vista nuestra verdadera identidad.
Nos creemos ser mas que los demás y no estamos dispuestos a perdonar. "Que me perdone el. ¿Que se cree que es? ¿No sabe quien soy yo? El que no sabe quien es, eres tu, amigo, al no estar dispuesto a perdonar. Es por eso que el apóstol Pablo pregunta en Romanos 14:4 "¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme." Si. Cuando nos invade la soberbia, olvidamos nuestro perfil humilde y entramos en discordia con los que nos rodean.
NO HAY PERSONA MENOS DESEADA QUE UN SOBERBIO QUE SE NIEGA A PERDONAR Y NO HAY PERSONA MAS BUSCADA QUE UN HUMILDE DISPUESTO A SERVIR
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