"En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad" Isaías 63:9
SUEÑO CUMPLIDO
Aquí estoy, Señor, en tu presencia para darte mis pesadas cargas y contarte todo lo que sabes, del dolor inmenso de mi alma. Cuando niña, soñaba con ser madre, un hogar, tener quien me amara, me brindara su amor, palabras dulces, tiernas caricias, comprensible mirada. Me equivoque en el camino. Este es el precio, porque el hombre que elegí es hombre cruento, su mirada despectiva me lastima, sus miradas hirientes, desestiman. De sus manos, nunca recibí caricia, solo se acercan para lastimar: me equivoque, Señor. Lo reconozco, pero esto ya no puedo remediar. Me volví a equivocar en decisiones, pues tome el camino equivocado y aunque rotas estén hoy mis ilusiones no es excusa para haber pecado. Y aquí estoy, ¡Arrodillada en tierra! Esperando que la turba enfurecida descargue sobre mi su furia interna y acabe con mi amarga y triste vida. ¿Que sucede, Señor, que no me escuchas? ¡Solo escribes con tu dedo en tierra! No es el miedo a morir que me preocupa, es tu profundo silencio que me aterra. pero tu voz se oye con potencia, con autoridad, de pie aquí a mi lado: "Todo aquel que se encuentre sin pecado, que arroje sobre mi su primer piedra" ¡Que asombroso, Señor, me encuentro sola! Nadie juzga ni condena mi pecado, ni tu, Señor, que con amor perdonas y das oportunidad al fracasado. Hoy, me anima cuando expresa sus palabras, que sea un bálsamo, en mi vida, su mirada.
Tu amor y tu perdón me han cautivado, mi vida llenas de abundante gozo. "Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado"
EL SILENCIO DE JESUS EN LA CRUZ, FUE EL GRITO MAS GRANDE DE VICTORIA