"Los extraños se debilitarán, Y saldrán temblando de sus encierros. Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y engrandecido sea el Dios de mi salvación." 2 Samuel 22:46-47
CUANDO NO SABES QUE HACER
La vida nos presenta un sin fin de situaciones donde nos sentimos desprovistos de las herramientas necesarias para actuar. Etapas, muchas veces inesperadas, donde no hallamos respuestas que arrojen algo de luz para saber que hacer, por donde comenzar y que responder. Nos sorprenden, nos paralizan y nos golpean, se acrecienta el sentimiento de pánico porque, sumado a la crisis real que estamos viviendo, por dentro hay otra potencial producto del desconocimiento de como actuar y el consecuente miedo a equivocarnos.
El dolor es doble, el miedo se aumenta y las fuerzas, cada vez, con menos. Es en esos momentos de oscuridad y confusión cuando debes concentrar tu atención en un punto fijo. En algo o alguien que no sea víctima del vaivén y de la inestabilidad de la crisis. Como una inestable barca en alta mar, se aconseja mirar algo que no se mueva para evitar marearse.
Hay veces en las cuales pareciera que lo único sano en el bote de la vida, es el mástil. La tormenta acecha y no hay lugar seguro... Bueno, aferrate a ese punto, a ese mástil. Tal vez sea un recuerdo grato, quizás un amigo cerca o una promesa de Dios, Su Palabra, Su presencia...
Alguien dijo que cuando no sabes que hacer; debes hacer lo que si sabes hacer ¿Sabes orar? Pues ora ¿Sabes leer la Biblia? Pues leela. Concentrate en lo esencial, que muchas veces es invisible a los ojos. Satanás, y su cosmos intenta distraernos, disuadirnos y confundirnos con las olas de este mundo. Pedro, el apóstol, se sentía seguro caminando sobre las aguas disfrutando el triunfo, hasta que las grandes olas comenzaron a distraerlo.
Su mente se dividió, por ende sus fuerzas se debilitaron. Mientras se hundía exclamo: "Señor, salvame" Una oración del alma; efectiva. Porque la oración que ha de llegar mas lejos, debe ser lanzada, cual flecha, desde un arco completamente doblado. Casi al punto de quebrarse. Se te sientes así, mira al Señor, no hay punto mas seguro que El. Veras su mano extendida, su disciplina amorosa y la calma, después de la tormenta.
CUANDO NO SEPAS LO QUE TIENES QUE HACER, HAZ LO QUE SABES HACER.
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