"Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes." Isaías 13:11
FRACASOS
Aunque parezca duro decirlo, todo hombre y toda mujer llevan en su interior un potencial de triunfo o de fracaso idénticamente igual. Si. Somos potenciales triunfadores pero también potenciales perdedores. Aquel que prepondera el uno y desestima al otro, corre graves riesgos. El hombre presuntuoso, que nunca incluye en su agenda de vida la posibilidad de un fracaso, se desploma cuando este le sorprende y difícilmente logra reponerse.
de la misma manera, los que siempre piensan que no podrán lograrlo y viven presos del pánico hacia el futuro, se paralizan con sentimientos de inutilidad y baja autoestima y nunca culminan o, en el peor de los casos, nunca comienzan un nuevo proyecto de vida. Aun los grandes hombres y mujeres tienen el potencial de arruinar toda su carrera y acabar en el caos si no toman los recaudos pertinentes.
Jesús advirtió de este peligro cuando encomendó a su joven grupo de discípulos la tarea de evangelizar, otorgandoles autoridad. El relato de Lucas 10: 17-20 dice así: "17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones,(K) y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos."
La arrogancia de estos jóvenes fue puesta en evidencia por el Maestro que les aconsejaba no caer en el mismo error de aquel hermoso Lucifer. El quiso ser igual a Dios y le costo su puesto privilegiado. ¿Sabes? Los logros y triunfos que conquistes no tiene valor en el mismo si no están aprobados por el Dueño de tu vida: Tu Creador. De igual manera, los fracasos y derrotas, pueden ser transformados en lecciones útiles para la vida si cuentas con asistencia divina en esos momentos de desencanto. Humillarte ante Dios y El te exaltara, pero a Su tiempo.
EL ORGULLO MAS GRANDE RADICA EN VIVIR HUMILLADO ANTE DIOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario