"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" Romanos 3: 10-12
EL PROBLEMA DEL PECADO
La Biblia dice que lo que nos separa de Dios, no son las religiones sino nuestro pecado. Un mal endémico que ha contagiado y sigue infectando a cada ser humano desde el mismo inicio de sus días. Nos separa, nos aleja. No tenemos la fuerza suficiente para erradicarlo no somos lo bastante buenos como para borrarlo con nuestras buenas obras.
Todos han intentado acortar distancias, construir improvisados puentes, en su afán de unir ambas puntas, pero sus esfuerzos fueron inútiles. Los hedonistas centraron el ideal de vida o la vida ideal en la búsqueda de placer y fracasaron. Los idealistas se equivocaron porque sus pensamientos estaban en las alturas pero no en Dios. Los legalistas se cansaron de obedecer porque sus esfuerzos estaban en las leyes y no en la gracia.
Los materialistas solo buscaban seguridad cometiendo el mas antiguo de los errores, el mismo que cometió el rico insensato, pretender satisfacer necesidades espirituales con cosas materiales: "alma", dijo el, "muchos bienes tienes guardado para muchos días, come, bebe y regocijate" El alma no come ni bebe, ¿verdad? Pero el materialismo te embriaga tanto que te hace pensar que solucionas problemas emocionales con vicios y adicciones.
Sigamos. Los religiosos piden piedad, los escépticos buscan argumentos para negar la existencia de Dios, los místicos presumen de cierta espiritualidad superior, los gnósticos enlazan su pensamiento hueco. Pero unos y otros, están, dice la Biblia, separados de Dios. Todos están igual de lejos. Lejos de su Padre y lo mas triste es que no saben como regresar a casa. Esta es la gran deficiencia de la humanidad. Lejos por el pecado. muertos por la incomunicación con el Creador. Pero Dios mismo ideo la solución para este problema endemico: El único puente seguro que esta hecho con madera de la cruz. Mira al Jesús crucificado por ti y por mi, y serás salvo.
EL PECADO NO SOLO CONTAMINA A CADA SER HUMANO, SINO QUE CONTAMINA EL SER DE CADA HUMANO.
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